A propuesta de la DEA, la medida refleja un cambio de paradigma en las políticas antidrogas y responde a la creciente aceptación pública.
La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos está en proceso de dar un giro histórico en su política de drogas. Este cambio significativo implica la reclasificación de la marihuana como una sustancia menos peligrosa.
En la actualidad, la marihuana recreativa, restringida a mayores de 21 años, es legal en 24 estados. Además, su uso con fines medicinales es legal en 13 estados, además de aquellos que también permiten su consumo recreativo.
La propuesta de la DEA, aún sujeta a revisión por parte de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, supondría un reconocimiento del valor medicinal del cannabis y su menor potencial de abuso en comparación con otras drogas. Sin embargo, no se traduciría directamente en la legalización del uso recreativo de la misma.
Una vez aprobada por la oficina presupuestaria, la DEA abrirá un período de debates públicos sobre la posibilidad de reubicar la marihuana desde la clasificación I, compartida con sustancias como la heroína y el LSD, hacia la clasificación III, donde se encuentran compuestos como la ketamina y ciertos esteroides anabólicos. Este cambio se basaría en una recomendación del Servicio de Salud y Servicios Humanos federal. Posteriormente, tras el análisis de los comentarios del público y la revisión por parte de un juez, la agencia emitirá su determinación final.
Este cambio de enfoque surge tras la solicitud del presidente Joe Biden en octubre de 2022 para revisar las leyes federales sobre la marihuana, así como su acción para otorgar indultos a miles de personas encarceladas por posesión simple de esta sustancia. Biden también ha instado a líderes estatales y locales a seguir su ejemplo y anular condenas relacionadas con la marihuana.
«Los antecedentes penales por posesión y consumo de marihuana han creado barreras innecesarias para el empleo, la vivienda y las oportunidades educativas», afirmó Biden en diciembre pasado, cuando indultó a miles de condenados por consumo o posesión de marihuana. «Demasiadas vidas han sido afectadas por nuestra política fallida hacia la marihuana. Es hora de corregir esos errores», remarcó entonces.
Tanto Biden como un número cada vez mayor de legisladores de ambos partidos están presionando a la DEA para que tome esta medida, en respuesta a la creciente aceptación pública de la marihuana, especialmente entre los jóvenes. Una encuesta de Gallup del otoño pasado reveló que el 70% de los adultos estadounidenses apoyan la legalización de la marihuana, el porcentaje más alto jamás registrado por la encuestadora y más del doble del 30% que lo respaldaba en 2000.
Este giro de la DEA refleja una evolución en la percepción y las políticas hacia la marihuana en Estados Unidos, marcando un punto de inflexión en la larga historia de la guerra contra las drogas en el país.
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