Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM lograron “observar” con un nivel de detalle sin precedentes dos de las tres cámaras magmáticas del volcán Popocatépetl, mediante un estudio de tomografía sísmica apoyado en el uso de inteligencia artificial.
La investigación fue desarrollada por especialistas del Instituto de Geofísica de la UNAM, quienes analizaron registros sísmicos generados entre enero de 2019 y diciembre de 2024 por el Centro Nacional de Prevención de Desastres. Al comparar estos datos con información previa, se obtuvo una resolución inédita que permitió describir con mayor precisión la estructura interna del coloso, explicó Karina Bernal Manzanilla, doctora del programa de Ciencias de la Tierra.
De acuerdo con la investigadora, estudios petrológicos anteriores ya sugerían la existencia de tres reservorios de magma en el Popocatépetl; sin embargo, este trabajo permitió identificar con claridad los dos más cercanos a la superficie, localizados hasta a 10 kilómetros de profundidad y conformados en aproximadamente 70 por ciento por roca cristalizada.
Bernal Manzanilla detalló que el material magmático contenido en estas cámaras no se encuentra completamente en estado líquido, sino que permanece parcialmente cristalizado como roca, aunque puede “recalentarse” de manera ocasional. Aun así, parte del magma se mantiene en movimiento constante, lo que se refleja en la actividad diaria del volcán.
Ante este comportamiento, los científicos plantean dos posibles escenarios: que los procesos ocurran a mayores profundidades o que exista algún mecanismo interno que permita al magma volver a un estado líquido y gaseoso, reactivando su dinámica. No obstante, la tomografía utilizada hasta ahora no permite visualizar estos procesos en la tercera cámara magmática, por lo que sería necesario incorporar otros sistemas de monitoreo.
La especialista explicó que el estudio se apoyó en un modelo computacional entrenado para reconocer distintos tipos de sismos volcánicos, lo que facilitó la elaboración de imágenes tomográficas de las estructuras internas del volcán. Estas estructuras se extienden hasta unos 30 kilómetros por debajo del nivel del mar, cerca del manto terrestre.
La metodología se basa en medir la velocidad de propagación de las ondas sísmicas, y como siguiente paso se prevé analizar cuánta energía pierden estas ondas al desplazarse hacia la superficie.
Los resultados de la investigación fueron presentados en el estudio “Automated seismo-volcanic event detection applied to Popocatépetl using machine learning”, publicado en el Journal of Volcanology and Geothermal Research, mientras que un segundo artículo se encuentra en proceso de revisión en el Journal of South American Earth Sciences.
Las autoridades mantienen un monitoreo permanente del Popocatépetl desde 1994, año en que inició su actual fase eruptiva. El volcán, con una altitud de 5 mil 550 metros sobre el nivel del mar, se localiza en la Faja Volcánica Transmexicana, en la convergencia de los estados de Puebla, México y Morelos, a 72 kilómetros al sureste de la Ciudad de México. En esta región también se encuentran los picos más altos del país, como el Pico de Orizaba, el Iztaccíhuatl, el Nevado de Toluca y La Malinche.


You must be logged in to post a comment Login