Más de cuatro mil habitantes del municipio de Canatlán se han visto afectados por constantes interrupciones en el suministro eléctrico, situación que ha generado preocupación y malestar entre las comunidades, luego de que los apagones llegaran a prolongarse hasta por tres días consecutivos. La denuncia fue presentada ante el Congreso del Estado por Alfonso Márquez, representante de los vecinos afectados, quien solicitó apoyo para gestionar una solución definitiva con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Las comunidades de Benjamín Aranda, 22 de Mayo, El Carmen y sus anexos son las más afectadas, pues dependen de una misma red eléctrica que, según los pobladores, tiene más de 40 años sin renovación y abastece no solo a viviendas, sino también a alrededor de 20 pozos artesanales. Esta infraestructura, afirmaron, es insuficiente para la demanda actual y presenta fallas recurrentes.
La falta de energía impacta directamente la salud y el bienestar de la población, especialmente de adultos mayores y personas con enfermedades que requieren oxígeno o medicamentos que deben mantenerse en refrigeración. Incluso la clínica rural del IMSS ha enfrentado problemas, ya que las vacunas almacenadas corren el riesgo de perderse por la falta de refrigeración.
Ante la situación, los vecinos han presentado oficios y reportes ante la CFE y otros organismos, pero señalan que la respuesta ha sido limitada, recibiendo únicamente indicaciones de “esperar”. La diputada Verónica González, quien recibió la solicitud de apoyo, informó que ha intentado reunirse con el superintendente de la CFE para plantear el problema directamente, sin obtener hasta ahora respuesta.
La legisladora hizo un llamado a la Comisión para atender con urgencia la situación y revisar la red eléctrica que abastece a estas comunidades, subrayando la necesidad de un trato sensible y prioritario hacia las familias que dependen del servicio, especialmente cuando su salud y seguridad están en riesgo.



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